Una de las creencias más asentadas en los pacientes que soléis visitar a un fisioterapeuta es acerca de la efectividad de un tratamiento.Solemos oír que "si un fisioterapeuta no te hace llorar en una sesión , el tratamiento no va a ser efectivo".
Aunque sabemos que es necesario cierta intensidad y profundidad de las maniobras para llegar a un determinado plano muscular o articular, se recomienda SIEMPRE no llegar al umbral de dolor del paciente durante el tratamiento.
Evidentemente, el tratamiento en fase aguda de una lesión suele provocar molestias e incomodidad al paciente pero no debe sobrepasar ese umbral del paciente para no activar el circuito reurológico de dolor.
¿ De qué factores depende el éxito de tratamiento?
● Anamnesis y diagnóstico fisioterápico correcto.
● Frecuencia y duración de un tratamiento. Sesiones cortas y muy distanciadas en el tiempo tendrán menor efectividad que sesiones más largas y regulares.
● Técnicas adecuadas para esa patología y destreza del fisioterapeuta aplicándolas.
● Constancia de un paciente en las pautas domiciliarias que les recomendemos.
● Respetar los tiempos de evolución y cicatrización aplicando las técnicas más adecuadas para cada fase.
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